martes, 4 de noviembre de 2008

Súbele el volumen

Desde que tuve mi primer par de audífonos, que eran los del personal stereo, conocido también como walkman, mi papá siempre me decía que no escuchara tan fuerte la música porque le hacía mal a mis oídos. Pero qué más daba, yo quería escucharla bien fuerte.

Y es que eso es lo que me gusta, escuchar cada uno de los detalles: los juegos de voces, la entrada de cada instrumento, la percusión y, sin lugar a dudas, cada una de las notas que emergen de las cuerdas de un pianito.

Con mis audífonos anaranjados y grandes –no tan grandes como quisiera- puedo percibir mucho mejor todo eso. Y sí, bueno, mi papá me sigue diciendo que le baje el volumen, que mi audición me pasará la cuenta, algún día. Pero yo sigo apretando el botón hasta que la marca del volumen ya no puede avanzar más.

Creo que lo que más me gusta de ella, de la música, es su capacidad de envolver, de abrazar. ¿Cómo podría ser tan envolvente si se escucha tan bajito? ¿Cómo podría alcanzarnos tan solo un susurro? Triste, alegre, con un dejo de melancolía o llena de rabia, fue creada no para ser oída, sino escuchada. Así como la pintura, tiene matices, colores que llaman la atención, que buscan ser observados con detención, que revelan una intención.

Recuerdo, por ejemplo, cómo se me erizó la piel cuando sentada en la butaca, escuché el Joyful joyful, de la Novena Sinfonía de Beethoven, tan fuerte que no había espacio para si quiera pensar en otra cosa. Lo mismo con El Mesías, de Haendel.

Y, ¿cómo se podría escuchar a un volumen moderado a Queen o la distintiva voz de Frank Sinatra? Creo que la buena música merece un volumen adecuado –claro está que el reggaetón no clasifica y, por Dios, cuánto quisiera que no se escuchara tan fuerte en los autos, calles, casas, discos…

Para mí, definitivamente -salvo aquellos días en que no me siento muy bien y con aquellas canciones o piezas detestables-, if it’s too loud, then you’re too old, librando a mi papá de esta generalización, porque su problema auditivo intensifica todo sonido.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Clichés

Con esto de la primavera me puse a pensar...
Yo creo que en realidad todos amamos los clichés, por mucho que digamos lo contrario e incluso no lo aceptemos. Pero, por algo vemos esas películas, esas series y escuchamos esas canciones, aunque nos disculpemos frente a otros (y nosotros mismos) diciendo "es mi placer culpable", realmente avergonzándonos de esto.
Yo...escucho pop, no siempre claramente, pero debo reconocer que encuentro cierto placer en ese "te amaré por siempre", "eres lo mejor que me ha pasado", "te amaré más que nadie" y, el mejor de todos, "you are the one" (me gusta más en inglés). Se que suenan de tele serie venezolana, y no se si me agradaría que algún tipo me lo dijera así de la nada, creo que lo encontraría demasiado siutico, además en español suenan, no se porque, incluso peor. Pero, aunque muchos piensen lo mismo que yo, más de alguno habrá dicho alguna vez algo parecido a estas expresiones, sino la misma, cuando está enamorado. Por algo escuchamos esas canciones, o no? Yo creo que es producto de ver tanta película de Disney cuando chicas, pero al final todas/os queremos encontrar a "the one"...y por eso, también, escuchamos esas canciones, porque es fácil asociar esos sentimientos a los propios; o los hemos sentido o aspiramos a sentirlos.
Por eso me parece tan inteligentemente chistosa y real la cancion de Ane Brun, cantante noruega, que canta junto con el canadiense Ron Sexsmith. El título: "Song No.6" (Canción número 6), que parte con la estrofa:

It would be so easy (Sería tan fácil)
To sing a song about you (Cantar una canción acerca de ti)
It would be so easy to sing a (Sería tan fácil cantar una)
Sobby, pink song about you (Canción rosada y sentimentalacerca de ti)


Pienso que es genial como concuerda con el título; es tan fácil que esta es la canción número 6 (ambién encuentro genial que escriba una canción acerca de escribir una canción, pero eso es otro tema). Bueno...no me dedicaré a analizar toda la canción...pero si quiero remarcar dos partes de la canción que son la razón de porque escribí todo esto. La canción dice que escribiría unas cuantas líneas describiendo sus ojos, y otras cuentas en las margaritas que se forman cuando sonrie, y luego le diria al mundo que ama como toma su mando y este entendería. Claro que entendemos...porque ese sentimiento de caminar por la calle tomándole la mano a ese que elegimos y que a su vez nos eligió es lo que todos deseamos...lo queremos, y, así como Ane Brun lo hace de una forma bastante irónica y verdadera, cuando no lo sentimos o lo sentimos y nos damos cuenta de lo cursis que podemos llegar a ser, nos reímos.
He escuchado mucho esta cancion justamente por esa oda/burla que hace de todas las canciones de amor.


PD: La traducción fue hecha por mi...asi que me disculpe el que la encuentre chanta.